¡Alegría! ¡Alegría!
Todos conmigo ¡cantad!
Que en una cueva ha nacido
un Niño esta Navidad.
Y este Niño tan humilde,
es el Dios que salvará
a los seres de la Tierra,
dándonos ventura y paz.
Esa paz, que tanto el mundo
quiere, y la felicidad
de los que en tierra vivimos,
odiándonos a matar.
Mas hoy, nos unamos todos;
los odios dejando atrás.
Y unidos juntos, vayamos
al Niño-Dios a adorar.
A ofrecerle lo mejor
que tengamos para dar;
después él, dará su vida
por nosotros, con bondad.
Y cantémosle canciones
para su llanto acallar,
que la sonrisa de un niño
alegra a la Humanidad.
¡Aleluya...! ¡Aleluya...!,
se oye en los cielos cantar.
Pues ver sonreír a un niño
vale un cielo. ¡De verdad!
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