En Cataluña y el País Vasco el Estado ha desaparecido, no se ven símbolos comunes, en la práctica no quedan vestigios de él en estas Comunidades. Esta es la consecuencia de las sucesivas trasferencias de competencias, que de forma descontrolada no han parado de producirse desde 1978, y que con el Gobierno de Sánchez se han precipitado tanto en número como en importancia, superando con creces las doscientas el número de materias transferidas a Cataluña.
En esta Comunidad se partió de las cesiones de investidura, primero con Sánchez, después con Illa y no han parado. Con la transferencia camuflada de delegación de las competencias integrales de la inmigración y con ello compartir la soberanía de la nación en la frontera, aún están por llegar cesiones tan importantes como el Cuponazo. Pero a este vaciamiento de las competencias básicas del Estado no se le ve el final. Lo siguiente será la expulsión de los pocos policías que quedan en su territorio y, después, hacer lo mismo con el Ejército.
El chantaje permanente al que se ha sometido el Gobierno a cambio de mantenerse en el poder hace que los extorsionadores le hagan pagar un alto precio por cada paso que da: algunas cesiones son contrarias a la Constitución, a los intereses de España y a la igualdad entre los españoles. Y continuará esta sangría hasta que no quede nada por delegar. ¿Qué ocurrirá en ese momento? Pues que el día que gobiernen a pachas Junts y Esquerra dispondrán de todas las estructuras de Estado, excepto de las Fuerzas Armadas, para volver a desafiar a España y repetir el intento de desconectarse de ella. Y esto, sin que el Gobierno de la nación tenga posibilidades de prevenirse porque la ínclita ministra de Defensa, Margarita Robles, ordenó abandonar el seguimiento del movimiento independentista incluso el de los grupos radicales.
En Cataluña existe la Sociedad de Estudios Militares, que lleva años realizando estudios y proyectos con vistas a que Cataluña se pudiera dotar de un Ejército. El modelo propuesto consistía en crear unas fuerzas terrestres, navales y aéreas con una reserva territorial, incluso se llegó a proponer el número total de 25.000 componentes. Los técnicos extranjeros que desarrollaron los trabajos señalaron que sería de mucho interés que las Islas Baleares formaran parte del nuevo Estado para el mejor control de esas aguas marítimas del Mediterráneo.
Cataluña dispondrá en breve de 27.000 policías autonómicos, además de 8.000 policías locales, 600 agentes rurales y 8.000 componentes de las Agrupaciones de Defensa Forestal, que suman 43.600 agentes armados, lo que supera con mucho el índice de encuadramiento de la media de policías por cada 100.000 habitantes de los países que integran la Unión Europea. Los Mozos disponen de policía marítima, del control del espacio aéreo y de una agencia de ciberseguridad. Para el reconocimiento internacional ya dispone de una red, que sigue creciendo, de embajadas, lobby en Bruselas y abogados con un gasto considerable.
En Cataluña hay solo alrededor de 8.000 efectivos entre militares, guardias civiles y policías estatales. Pedro Sánchez, en su delirio de poder, está poniendo en manos del separatismo el poder elegir el momento de apagar la luz y marcharse.
Julián Delgado (escritor)
