LA CARA OCULTA DE LA II REPÚBLICA 90 AÑOS DESPUÉS – I PARTE

5 de Abril de 1931

A la gente le gusta creer en los cuentos de hadas, pero los cuentos de hadas no existen y 90 años después parece que la II República sigue siendo eso, un cuento de hadas. Pues el cuento se ha acabado, ya es hora de saber la verdad y quitarse la máscara.

Vamos a empezar por el principio de todo esto, en el 5 de abril de 1931, cuando tiene lugar la primera fase de las elecciones municipales, ni elecciones a Cortes ni un plebiscito monarquía&república. Estos fueron los resultados.

14.018 concejales monárquicos

1.832 concejales republicanos

Pasemos ahora a la segunda fase que tuvo lugar el 12 de abril. Estos fueron los resultados.

22.150 concejales monárquicos

5.775 concejales republicanos

Sumando en total los resultados esto es lo que sacaron en total los principales partidos.

Concejales monárquicos: 36.168

Concejales republicanos: 7.607

¿Y si ganó Alfonso XIII por qué se fue? Habrá quienes digan que la victoria en la grandes capitales como Madrid o Barcelona o Valencia fue lo que precipitó su caída, si es que esta fue real y no manipulada como los resultados de las elecciones del 36, que eran voluntad popular, o que incluso los gobiernos de Alfonso XIII y la aceptación de la dictadura de Primo de Rivera, fueron los causantes de un cambio de régimen que los españoles no votaron, porque jamás les preguntaron. Y en muchos colegios donde las urnas estaban abiertas como en Sevilla, hubo ataques de grupos republicanos organizados que asaltaron, destrozaron y quemaron los resultados de las urnas monárquicas.

Parece ser que en Madrid por ejemplo el concejal del PSOE Saborit, manipuló los resultados, haciendo creer que habían ganado. Tiempo después se descubrió que muchos de esos votos que fueron esenciales en la victoria, eran en realidad votos de gente ya fallecida. Esto, sumado a la presión en la calle y sus protestas hizo que el miedo se apoderara del Rey, que sus militares y ministros le abandonaran y que decidiera que era mejor marcharse antes de que estallara lo que sin embargo iba a estallar 5 años después, una guerra civil.

Parece ser además que los republicanos supieron por los empleados de los correos de telégrafo que ni el General Sanjurjo ni la Guardia Civil saldrían a la calle para mantener el orden constitucional, lo cual les vino como maná mandado del cielo y salieron a las calles a decir que la república había ganado. Sabedores de que la monarquía se repondría de ese espejismo y tras las reuniones entre el Conde de Romanones y Acalá Zamora, los republicanos exigieron que la Familia Real saliera del país, aún cuando las candidaturas monárquicas fueron 7 veces más votadas que las republicanas.

¿Qué Ley es esa?

El siguiente paso que el nuevo gobierno republicano dio fue ilegalizar todas las asociaciones monárquicas con una nueva ley, cuyo redactor fue Manuel Azaña. La llamada Ley de defensa de la República cerró cientos de periódicos, sumándose multas millonarias muchas veces para poder reabrirlos. ABC fue el diario con el que más se ensañaron, dado que el 15 de Abril, un día después de la marcha del Rey y su familia, ABC dijo en sus titutales que permanecería leal a la monarquía parlamentaria, a la Constitución, al orden, a la libertad y al derecho.

La primera vez que ABC fue clausurado y expropiado fue el 10 de mayo de 1931 dado que atacó la quema de conventos, iglesias y colegios católicos que tuvieron lugar esa semana, pero también fue porque el director, Juan Ignacio Luca de Tera, había acudido a una reunión del partido monárquico independiente. La multa que hubo que pagar fue de un total de 830.000 pesetas.

En 1932 ABC volvió a ser clausurado y expropiado durante tres meses y medio, pero aún asi sus 837 obreros, 67 redactadores y 81 empleados siguieron cobrando sus sueldos y esta vez la multa ascendía a 2.400.000 pesetas.

Otros periódicos nacionalistas como Euzkadi, el diario católico la Gaceta del Norte, Adelante o la Rivera deportiva también sufrieron cierres, censuras y multas. Al final todos estos junto con ABC y otros diarios crearon la Liga Defensora de la Libertad de Prensa. Se sumaron a esta un total de 100 cabeceras, presentando quejas ante el Congreso, pero fue en vano y la Ley de Defensa de la República se mantuvo en vigor hasta 1933.

Esa Ley que bien se pudo llamar la Ley Azaña multaba y hasta encarcelaba si participabas en manifestaciones monárquicas, portabas una foto de Alfonso XIII o llevabas la rojigualda. ¿Qué clase de ley era esa en un régimen supuestamente democrático que defendía la libertad de expresión y prensa? El mismo Manuel Azaña llegó a decir durante la tramitación de aquella ley:

¿Vamos a llamar prensa a esos reptiles que circulan por la sombra, que van de mano en mano,

corriendo por los rincones de la península y sembrando el descrédito, la burla y las malas pasiones?

Eso no es prensa y contra eso vamos.

Tiene gracia que él, que había sido periodista además de abogado y luego presidente de la república, dijera aquello, cuando se suponía que en su lucha contra el Rey y Primo de Rivera fue un acérrimo defensor de la libertad de prensa.

Conde Bevilacqua