Entrada o salida, la duda de quien se atreve a pasar, sin pensarlo. Es inicio o fin, según convenga al insaciable hábito del orden natural. En las tardes serenas se cae en las sombras de un arco extraño que el viento señala en la simple gramínea. Por la noche se reduce insondable en la nada de lo físico, no hay luces ni sombras sólo conciencia y memoria. Sin embargo existe, invisible puerta de los lamentos, del cruel raciocinio y de la inacabable ansiedad por ser infinito. Algún día será en otros un recuerdo como el de hoy, que fatiga mis palabras, mas recuerdo vívido y cruel, como señal que un día marcó mi pasaje fortuito.
