En la sociedad actual , en la que ha ido adquiriendo primacía , en su sistema de valores , el culto al cuerpo , el afán de bienestar y el placer , como criterios de felicidad , la ancianidad , la “ edad dorada” , la vejez , representa un obstáculo para el logro de esos “ valores” , en los que el hombre de hoy ha depositado el sentido de su existencia.
No tiene nada de extraño que , en consecuencia, con esa falsa jerarquía , el abandono , la soledad y el menos-precio , estén adquiriendo fuerza en las legislaciones de una sociedad depravada , donde el “ sentido de utilidad” ha venido a sustituir al “ sentido de dignidad “ . “La eutanasia no es , sino el ultimo peldaño en la carrera descendente que conduce de “ lo civilizado “ a “ la selva”.” ( Pablo Carreño )
Es en esta etapa de la vida humana cuando el hombre alcanza toda la plenitud o madurez que le es posible conseguir. Se logra mediante el enriquecimiento que supone la “ la lucha por la vida” , con sus éxitos y fracasos , con sus ilusiones y sus decepciones , con sus alegrías y sus tristezas. No en vano todas las civilizaciones – quizás excepto la actual y todas , en sus etapas decadentes – han depositado en “ el consejo de ancianos” la confianza para el asesoramiento ante decisiones complejas o comprometidas.
Cicerón, De senectute , cap. IX . escribe : “ ¿ Qué cosa más agradable que una vejez rodeada de una juventud afanosa de aprender ” ? . Atención abuelos !!!!!
En la sociedad actual , se sostienen las ideas del progreso sin fin donde sólo son validos los criterios actuales y “ lo anterior” es vivido como caduco. Los trastornos del crecimiento y la sociabilización de los jóvenes tienen un factor psicológico común: la inseguridad. Cada uno de los miembros de la familia ha de encontrar en ella la valoración , el cariño y la seguridad . El anciano es el portavoz de la tradición , el símbolo de las raíces.
La vida esta ordenada : la cabeza manda al cuerpo , lo que interesa es prioritario a lo que gusta, el querer es mas importante que el placer,….¡ en cuantos jóvenes pasa lo contrario! . Se genera una jerarquía interna con la interiorización de una jerarquía externa. Dan lastima las madres que quieren ser amigas de sus hijas , las pobres niñas , igual ganan una amiga más , pero pierden algo tan valioso como una madre. Aquí juega un papel clave la jerarquía familiar . Esta se basa en el respeto , devoción y obediencia. Un padre que desvaloriza a su padre no tendrá autoridad moral para mantener su función de “ padre” con los hijos y éstos no tendrán la capacidad de desarrollo de la adecuada jerarquía interna.
Es poco frecuente encontrar trastornos de desadaptación del adolescente en familias con adecuada jerarquización , en la que el afecto , los roles definidos y el funcionamiento relacional es cooperativo. En ella se facilita el desarrollo personal de cada uno de sus miembros , del abuelo, de los padres , de los hijos.
El abuelo es el portavoz de la tradición , el símbolo de las raíces y , por lo tanto , es el que dará en ultima instancia el elemento de seguridad final que es de dónde venimos.
“ A medida que envejecemos lo terrenal se desvanece en nosotros y lo espiritual se acentúa; y entonces adviertese la belleza de estas palabras de Vauuvernargues: Más pronto o más tarde no nos queda más deleite que el de las almas . Por eso siempre podemos amar y ser amados. La vejez que debilita el cuerpo , rejuvenece el alma , cuando no está corrompida y como inconsciente de si misma. El instante de la muerte es el de la floración de nuestro espíritu “ (J.B.H., La Cordaire.)
Ahora , cuando estoy disfrutando de mi jubilación , mejor que nunca entiendo lo que exponen Pablo Carreño y Juan Cardona , coautores del libro titulado “ Los mayores o al correr del tiempo “ , las tres manifestaciones psicopatológicas que , en la experiencia clínica , con más frecuencia se observan en los ancianos , como derivaciones sintomatológicas del síndrome de soledad.
- Egocentrismo. El anciano que ha vivido su vida centrada en si mismo, y que no ha dejado de ser egocéntrico , sufre la soledad porque el mismo se ha ido construyendo su propia jaula como un prisionero que hubiese construido él mismo los muros de su prisión y quedase prisionero precisamente por el desamor querido , porque ha comprimido sobre si mismo su capacidad de amar y su soledad acabará consumiéndolo , a no ser que advertido de su error vital y , habiéndolo reconocido , se esfuerce en rectificarlo, desarrollando su capacidad de amar mediante la entrega y el servicio a los demás, a través de los vínculos familiares , de amistad ….
- Amargura . Cuando la soledad es consecuencia de una marginación ,es decir, cuando es el producto del desamor sufrido, es habitual que la tristeza se transforme en amargura . El anciano amargado suele ser agresivo e insociable. Para evitarla es preciso que la familia , la sociedad, faciliten a los mayores las circunstancias para que el anciano se sienta útil y encuentre los cauces apropiados para servir y amar a los demás.
La tercera manifestación es la susceptibilidad . Se digieran mal las soledades , y entonces , es cuando una cierta reacción paranoide , puede ir elaborando pensamientos de prejuicio: puede tener la sensación de que los demás sostienen sentimientos de animadversión hacia él. Tiende a hilvanar acontecimientos y circunstancias , sin apenas entidad, con una carga de angustia y temor que le induce a sospechar , en los actos de los demás, significados malevolentes hacia él. Sólo los que tienen independencia y viven intensamente una aventura trascendente en su vivir , pueden soslayar del todo este peligro de la edad.
Solo son mayores los que se empeñan en servir para algo y en servir a alguien. Estamos hablando del hombre mayor que “ sigue negociando , como puede , hasta que El venga”. Los otros son tan solo viejos .”
Totalmente de acuerdo contigo, yo también quiero ser «mayor». Gracias por expresarlo tan bien
Muy interesante este artículo. Puede ayudar a todos los que lo lean, como a mí.