Hoy, que es el día Internacional de la Mujer Trabajadora, quiero pararme a hablar de una mujer a la que admiro, por su fuerza de voluntad, esfuerzo, perseverancia, que siempre ha sabido ponerse metas y conseguirlas; eso enorgullece a la nación. Se trata de nuestra Reina Letizia Ortiz Rocasolano, nacida en 1972.
Como periodista hubiera tenido un gran futuro (su padre, Jesús Ortiz y su abuela paterna, Menchu Álvarez, también eran periodistas), educada en libertad y amplitud de miras; de carácter desenvuelto y comunicativo, devoraba libros; a los 22 años obtuvo una beca para ir a Colombia; allí, casi sin dinero, se las apañó para vivir en un piso compartido y trabajar para financiarse su participación en el VIII Encuentro Latinoamericano de Facultades de Comunicación Social. Hizo prácticas en la Agencia EFE; luego regresó a Latinoamérica, esta vez a México, trabajando, al mismo tiempo, de azafata. A los seis meses tenía trabajo en el Diario siglo 21, escribiendo muchos artículos, con varios pseudónimos. El que más utilizaba era el de “Ada”. Una periodista con gran habilidad e independencia. Trabajó en las cámaras de TV española.
Pero se enamoró de Felipe de Borbón y dejó su profesión para dedicarse por completo a formar una familia real. El mérito de nuestra Reina estriba en su capacidad de evolucionar como persona, en su valentía, esfuerzo, corazón, fuerza y fuego.
En definitiva, una Reina de España llena de logros y triunfos, que con gran empeño y dedicación está representándonos en todos los lugares del mundo con dignidad y bien hacer, modelo de reina del siglo XXI. Por eso hoy quiero condensar con este haiku toda su evolución:
Reina Letizia
ritmo de evolución
con reciedumbre.
Mi más sincera enhorabuena a S.M. la Reina doña Letizia, que ha asumido el trabajo más responsable de España. Hoy, en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora grito con admiración:
¡Viva España! ¡Viva la Reina!