Cuando el pasado 4 de Septiembre vi en la página del Presidente Emmanuel Macron cómo se festejaba en el Panteón de París los 150 años de la III República Francesa me vino la siguiente pregunta ¿Y qué pasa con los soldados de Sedán? ¿Quién recuerda a los 150.000 soldados franceses que intentaron, junto con Napoleón III evitar a toda costa ser derrotados y que los Prusianos avanzaran a París? ¿Quién recuerda a las 300.000 víctimas civiles muertas en ese combate?
Únicamente la asociaciones bonapartistas tomaron el protagonismo a través de internet en recordar aquel día en el que para ser sincero, lo único que hubo fue un golpe de estado, aprovechando que Napoleón III había sido hecho prisionero en Sedán y que la Emperatriz Eugenia fue incapaz de salvar la situación como Regente, los republicanos secuestraron la Asamblea Nacional proclamando la III República y que el emperador había sido el único culpable con su esposa del desastre de Sedán. Eugenia hubo de huir a Londres ese mismo día y solo dos semanas después empezaba el Sitio de París.
Cierto es que en los últimos años la popularidad de la pareja imperial había ido cayendo, el Desastre en México solo lo empeoró, pero solo 4 meses antes el II Imperio Francés estaba a salvo tras haber ganado el plebiscito del 8-9 de mayo de 1870 por 7.350.142 de votos a favor contra 1.538.825 en contra. Todo estaba listo para que en 1874 el Príncipe Imperial se sentara en el trono, dado que Napoleón III había redactado un texto de abdicación cuando su hijo fuera mayor de edad,no pudo ser. Bismarck tendió entonces la trampa con el falso Telegrama de Ems en el que Prusia de nuevo
reclamaba ocupar el trono de España, cuando se había retirado, haciendo que Napoleón III se tragara el anzuelo. Pero fue la presión de los ministros y el propio pueblo de París gritando:-¡A Berlín, a Berlín! en las calles lo que hizo que el emperador declarara la guerra, cuando ni él ni Eugenia lo deseaban porque sabían que el ejército no estaba preparado.
La trampa de Bismarck hizo que el II Imperio Francés cayera y que Francia perdiera su hegemonía en Europa, siendo sustituída por el II Imperio Alemán.
Resumiendo, que en estos 150 años de la III República Francesa lo que deberían haber hecho Macron y los miembros del gobierno debería haber sido estar en Sedán. Pero Sedán sigue siendo una espina clavada en el orgullo francés y es mejor mirar a otro lado, pero eso no cambia la historia ni lo que ocurrió de verdad.