La educación como base de la prosperidad social

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La situación actual educativa

En este mes de septiembre en que se inician las clases del curso escolar de todos los niveles de 2020-21, se plantean varios dilemas como el de asistir presencial o no, los alumnos a clase, por temor a los contagios. Pienso que son riesgo que hay que asumir, si por evitar, no cumplimos con una de las bases de la formación de los niños y jóvenes, porque las clases suponen la convivencia y formación de la comunidad para la sociabilización de individuo. Porque  nuestro destino social pasa por convivir en comunidad, de lo contrario seríamos unos «salvajes ilustrados».

La Universidad de Alicante (UA) ha arrancado el curso de forma totalmente telemática dual con los profesores en las aulas y los alumnos en sus casas. Los sistemas informáticos se han sobrecargado, lo cual se irá solucionando, sobre todo, cuando a final de año entre a funcionar el 5G de Telefónica, con mayor velocidad en la red, ancho de  banda que mejorará los equipos webcam, pizarras digitales y las aplicaciones App. En la universidad sí es posible este tipo de enseñanza porque los alumnos ya están formados, pero no en niños ni estudiantes de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria) de entre 11 a 16 años, porque no se han formado todavía. 

Hemos llegado al mundo virtual de Matrix, es cierto, pero esto es ficticio, no es real. ¿Qué será del futuro de nuestros jóvenes si no pudiéramos salir de este dodecaedro pandémico? Si nos quedamos todos en casa, en vida de confinamiento, perderemos capacidades cognitivas y sociales. No hay futuro si no asumimos riesgos, poniendo, por supuesto, todos los medios preventivos posibles de seguridad sanitaria, como, por ejemplo, reducir la ratio de alumnos por clases y contratar a más profesores. 

Pero, aquí está la conjunción adversativa, lo de contratar profesores no es tan fácil, más allá de lo puramente económico están las barreras idiomáticas. Por ejemplo, en algunas comunidades autonómicas Cataluña, Levante, Vascongadas, Baleares y Galicia, de las 17 que forman España, se le exige un dominio alto de la lengua vernácula para optar a oposiciones,  como valenciano, catalán, vasco, mallorquín  o gallego. Lo que supone que no pueden venir profesores de otras comunidades distintas, que no lo dominen. Lo cual ha sido, como se ha visto en esta pandemia, caer en la trampa de los corralitos y de los nacionalismos tan perjudiciales para los intereses del común de la Nación. En Estados Unidos, un profesor puede optar a dar clases en cualquier pueblo o ciudad o Estado, son versátiles, con dominar el inglés es suficiente, y tienen 328 millones de habitantes, ¿qué pasaría si cada uno de los 50 estados se hicieron nacionalistas e independientes? ¿Un caos, verdad? Pues por este caos camina España que, en vez de ser un espejo somos una vidriera en 17 fragmentos. 

No estoy en contra de las lenguas autonómicas, además de un derecho constitucional es cultura regional (ni nacional ni internacional), pero no deben ser murallas de limitación (porque el límite debe ser el cielo), parapetos de asilamiento, porque van en contra del provechos comunes como palanca de progreso en un mundo cada vez más globalizado, sin vuelta atrás, telemático y digital. Los planes educativos nunca deben ser mercadeo político. Los nacionalismos se quedan ciegos mirándose su propio ombligo, y no les interesa saber nada del bien común de España.

Jovellanos, un ilustrado del siglo XVIII y XIX

Un ilustrado como Gaspar Melchor de Jovellanos (1745-1811),  defendió diversas reformas para sacar a España del atraso general e industrial en el que se encontraba. Escribió ensayos, con un espíritu ilustrado y enciclopédico, sobre economía, política, agricultura, filosofía y costumbres, dirigido a la modernización y al progreso. Pero estas ideas, lo llevaron, en algunos momentos, a enemistarse con partidarios de continuar con la tradición como la Iglesia y la nobleza, y no llevar a cabo ese tipo de actuaciones educativas en nuestro país.

Fue miembro de la junta de comercio de la Sociedad Económica Matritense, y, en 1784 su director. Redacta diversos estudios sobre la economía de España, entre los que tiene singular valor el Informe sobre la Ley Agraria, en la que aboga por la liberalización del suelo, recogiendo el pensamiento liberal, norma sobre la que el Consejo de Castilla había volcado sus esperanzas para reformar y modernizar el agro peninsular. Plenamente integrado en la vida cultural madrileña, fue miembro de la Real Academia de la Historia (1779), de la Real Academia de San Fernando (1780) y de la Real Academia Española de la lengua (1781). 

Jovellanos defendía que la base de la «prosperidad social es una buena educación pública», sin duda alguna era un adelantado a tu tiempo sumido en revoluciones. La instrucción del pueblo es el primer germen del que se nutre el cuerpo social de una nación. Sin duda alguna la formación es pilar de progreso y convivencia en orden y derecho. Jovellanos es hijo de Ilustración, movimiento que fue interrumpido por la revolución francesa de 1789. Para progresar se necesita paz. La invasión napoleónica de España, en 1808, fue nefasta para la Educación, entre otros desastres de guerras y descolonización de América. Esta es una verdad no muy bien reconocida todavía, o por lo menos no bien valorada; pero es una verdad que sin Educción no se puede prosperar ni progresar, ni poner en marcha el tejido económico de un país.

Las fuentes de la prosperidad social son variadas y se vertebra desde varios sectores, pero todas nacen de un mismo origen, que es la instrucción pública, base fundamental de la sociedad. La instrucción pública es la matriz y el útero; la primera, hilo vital que abastece estas fuentes, aumentarla, conservarla es el primer objeto de un buen gobierno, aunque sea social-comunista como el actual. La Educación es el mejor camino para llegar a la prosperidad y la riqueza de las naciones. Con la instrucción todo se mejora y florece; sin ella todo decae y se arruina severamente. En futuros años veremos los desastres sociales por no invertir con inteligencia.

Decía Jovellanos sobre la Educción que «Su razón sin ella es una antorcha apagada; con ella alumbra todos los reinos de la Naturaleza y descubre sus más ocultos senos y la somete a su albedrío». ¿Qué medios no puede emplear para mejorar la instrucción?, ¿qué obstáculos no pueden removerse?, ¿qué prodigios no pueden producir? La instrucción mejora al ser humano y lo saca de las tinieblas de la ignorancia donde se halla sumido. La instrucción  facilita todos los medios de su bienestar, en fin, es el primer origen del progreso individual y tejido social.

Luego lo será también de la prosperidad pública, como bien común de desarrollo en los inicios de la revolución industrial. ¿Puede entenderse por este nombre otra cosa que la suma o resultado de las felicidades de los individuos del cuerpo social? Defínase como se quiera, la conclusión será siempre la misma: Educación e instrucción son prosperidad asegurada a largo plazo.

Obra de Jovellanos

Entre algunas obras pedagógicas  destacar:

 Memoria sobre la educación pública, o sea, tratado teórico-práctico de enseñanza con aplicación a las escuelas y colegios de niños. Cartuja de Valdemosa. Mallorca, 1802.  Instrucción dada a un joven teólogo al salir de la Universidad, sobre el método que debía observar para perfeccionarse en el estudio de esta ciencia. Castillo de Bellver, Mallorca, 1805. Hemos de tener en cuenta que la educación estaba en manos de la Iglesia, por ello se debía empezar por educar a los clérigos para que impartieran clases, que nunca serían laicas. De hecho, Jovellanos en 1760, bajo la protección del obispo local, parte hacia Ávila para realizar estudios eclesiásticos. En 1761 se gradúa como bachiller en Cánones en la Universidad de Burgo de Osca (Soria), obteniendo la licenciatura en la en Ávila en 1763.

Ambiente instructivo o persuasivo: el autor escribe para convencer al lector sobre la validez y eficacia de las ideas u opiniones expuestas. Jovellanos alecciona a sus lectores sobre la importancia de la educación pública para aumentar la prosperidad y el avance de una sociedad o nación con sentimiento de progreso.

Destacó, durante toda su vida, por su interés hacia el progreso social y económico decía: «Para mí la educación es la primera fuente de toda prosperidad».  Y no se equivocaba, los países cultos tienen más posibilidades de sobrevivir.

Pensamiento presente sobre la educación

El  pedagogo y doctor en Ciencias de la Educación  José Moratinos Iglesias, autor de Escuela de padres (ECU, 2020), en su artículo: «Una reforma necesaria educativa». Hoja del lunes de Alicante, 14-09-2020:

«Ha habido leyes y más leyes, que adolecían de varios defectos, como a continuación expondremos: la Ley Moyano de 1857 tuvo una larguísima vigencia, ¡nada menos que 113 años! En 1970 se aprueba la Ley General de Educación, con Franco, y estuvo vigente unos años en la Transición. Pero es a partir de 1980 cuando viene la serie de leyes orgánicas que estructuran nuestro sistema educativo. Así: Estatuto de Centros Escolares (1980), Ley Reguladora del Derecho a la Educación (1985), Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (1990), LOPEG (1995), Ley de Cualificaciones y FP (2002), LOCE (2002), LOE (2006) y LOMCE (2013). (…) Todas ellas leyes orgánicas, de alto rango, que adolecen de dos grandes defectos: eran leyes “de partido”, sin consenso, y donde se vertían aspectos doctrinales del partido en el Gobierno, y además no venían acompañadas de la correspondiente financiación para llevar a cabo las reformas. Asimismo, la auténtica educación en valores y en un humanismo personalista integrador de tendencias positivas, brillaba por su ausencia».

Conclusión

Mi opinión personal es que para lograr una educación eficiente en el alumnado, lo primero es tener el estómago saciado, es decir, las necesidades cubiertas  las necesidades básicas e igualdad de oportunidades. Niños y jóvenes son nuestro futuro.  Recuerdo en los tiempos de mi juventud, en Málaga, los niños teníamos que trabajar en el campo como un jornalero más. Otros recibían una instrucción primera básica alternándolo con el trabajo. Lo de ir  a la universidad era una entelequia, por ejemplo, la Universidad de Málaga se fundó en agosto de 1972, los pocos universitarios iban a estudiar a Granada o  Madrid, y ¿quiénes eran estos estudiantes? Eras los hijos de los ricos y pudientes. Por ello, se deben impulsar becas y más becas, para todos, no solo para los superdotados, que aprueban todas las asignaturas con nota. La igualdad de oportunidades es un valor fundamental constitucional para acceder a la educción como se ha dicho en el título, como base de la prosperidad social porque sin técnicos en todos los campos del saber científico y profesional, un país no tiene futuro. ¿Pero qué hace el Gobierno de “Sáncheztein”, invertir en Memoria Histórica y no en Educación?

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