domingo, 7 diciembre, 2025

Más lectura

Editoriales y Portadas

125 Óscars

El Fantasma de Canterville fue su primer cuento que leí tras haber visto la película de 1996 y debo decir que a día de hoy sigue siendo mi obra favorita de Óscar Wilde. Después le siguieron el Príncipe Feliz y De Profundis que me impactó y por último La Esfinge, en cuanto a films de su vida Ruppert Everett lo bordó en la Importancia de llamarse Óscar Wilde.

Y aquí estamos 125 años después de su muerte y que acaeció un 30 de noviembre de 1900, a causa de una meningitis y en una habitación de un hotel de París, rodeado de sus amigos, pero lejos de su familia y su país, Inglaterra. Aunque en realidad Óscar nació en Dublín, Irlanda, el 16 de octubre de 1854 en una familia acomodada, fue en Londres donde obtuvo la fama y el éxito.

Quisiera citar aquí algunas anécdotas de su vida, dado que fue un genio y figura hasta el final y tenía buen sentido del humor, al más puro estilo inglés.

1. Cuando realizó su examen de admisión en el Trinity College de Dublín debía traducir un versículo de la Biblia del griego al inglés. Lo realizó correctamente, pero cuando sus tutores fueron a felicitarle, les dijo:

-Cállense. Estoy leyendo esto aún y quiero saber como acaba.

2. Cuando fue juzgado en 1895 por su homosexualidad el juez le enseñó la carta de su amante Lord Alfred Douglas y le preguntó:

-¿Afirma usted ser el destinatario de este contenido aberrante y vicioso?

-Peor que eso, está mal escrita: Respondió

3. Ya nadando en la fama visitó Estados Unidos, pero no le gustó. A su vuelta exclamó ante la prensa:

-He visitato Vulgaria, con v, el país de los vulgares.

4. En su lecho de muerte no le gustaba el papel de pared de la habitación de su hotel y exclamó:

-O se va ese papel o me voy yo.

Genio y figura hasta la sepultura. Pero está más vivo que nunca estos 125 años. En Sir Simón de Canterville y la Srta Virginia, en la golondrina y el Príncipe de oro que era feliz, en la Esfinge del Nilo que contemplan Adriano y Antínoo y en su grito de libertad en De Profundis, donde también lamenta haberse equivocado por amar a quien no debía, pues Lord Douglas fue su lado oscuro en aquel espejo de la sociedad victoriana, donde él sin embargo destacó como el que más, con sus chalecos de seda y su bastón nacarado incrustado de joyas.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Artículos populares

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies