La historia tiende a olvidar a mujeres que formaron parte de ella y dejaron su huella, pasa incluso con las reinas, que muchas veces son tachadas de frívolas y derrochadoras e incluso de malvadas como en los cuentos de hadas. Pero, nunca es tarde si la dicha es buena y eso, queridos lectores, es lo que ha pasado con la Reina Victoria Eugenia de Battenberg.
Esta noche TVE1 estrena la serie de 6 episodios ENA y que refleja la vida de la bisabuela del Rey Felipe VI. Abarcando entre 1905-1945 con su llegada a España y su posterior exilio en Suiza ENA refleja la vida de la que ha sido la reina menos conocida de España, mostrando su lado más desconocido y humano y su labor con la sociedad española, una sociedad que en parte la rechazó siempre porque no era española y porque sin saberlo transmitió la enfermedad de la hemofilia, al igual que su prima la Zarina Alejandra, a la familia de su marido a través de sus hijos, algo que hizo que posteriormente su matrimonio con Alfonso XIII se rompiera.
Victoria Eugenia de Battenberg nació el 24 de noviembre de 1887 en el Castillo de Balmoral, Escocia, residencia de verano de su abuela Victoria I. Sus padres los Príncipes Enrique y Alicia, hija del Príncipe Alberto y la Reina Victoria, tuvieron 4 hijos en total, siendo Ena la única mujer.
Alejandro (1886-1960)
Victoria Eugenia (1887-1969)
Leopoldo (1889-1922)
Mauricio (1891-1914)
Con 6 años de edad sufrió una conmoción cerebral al caerse de un poni, aunque afortunadamente sobrevivió y se recuperó. Su hermano Leopoldo nació con hemofilia y murió por complicaciones de esta en 1922, su hermano Mauricio murió en la I Guerra Mundial sirviendo en Bélgica. En 1896 Ena sufrió el primer duro golpe de su vida al morir su padre, a quien estaba muy unida, a causa de malaria en África. Ena creció en el hogar de su abuela y tuvo como madrina a la última Emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo.
Tuvo una educación a la inglesa, pero más moderna y liberal que el resto de las princesas de su edad. Ya adolescente era una belleza victoriana de élite, rubia, ojos azules y una piel de alabastro y esas cualidades, unidas a su vasta educación, llamaron la atención de Alfonso XIII durante un baile en su honor en Biarritz en 1905. Todos los testigos de la época afirman que el Rey se enamoró nada más verla y a partir de ahí empezó un noviazgo nada bien visto por la madre del Rey, María Cristina de Habsburgo-Lorena, principalmente se opuso porque Ena no era española, no era católica y sobre todo existía el riesgo de que portase la hemofilia en su sangre.
Alfonso XIII hizo oídos sordos y la boda se celebró el 31 de mayo de 1906 en Madrid. Antes de aquello Victoria Eugenia renunció a su fe protestante y tuvo que aprender español, idioma que ni sabía cuando llegó a la corte, ella y Alfonso se escribían en inglés y francés, idioma que luego usaban también para hablar entre ellos. El día de su boda sufrieron un atentado del anarquista Mateo Morral, saliendo ilesos, pero entrando Victoria Eugenia con el vestido lleno de sangre de las víctimas al palacio real. Aquel miedo de morir asesinada no la abandonaría jamás.
Durante aquellos 4 primeros años la felicidad fue real en la pareja quien tuvo 7 hijos en total.
Alfonso, Príncipe de Asturias (1907-1938)
Jaime (1908-1975)
Beatriz (1909-2002)
Fernando ( 1910) nacido muerto
María Cristina (1911-1996)
Juan (1913-1993)
Gonzalo (1914-1934)
Pero en 1910 se descubrió que Alfonso, al igual que Gonzalo, padecían de hemofilia, además Jaime se quedó sordo a los 4 años a raíz de una mastoiditis. A partir de ahí la relación de los reyes se fue enfriando y Alfonso XIII empezó a serle infiel, hábito que ya no abandonó. Siempre la culpó en privado y en público de haber transmitido la enfermedad de la hemofilia a sus hijos, a ello se sumaron las disputas con su suegra sobre todo en 1914 con la I Guerra Mundial cuando las diferencias entre ambas se exaltaron, ya que la reina madre mostró su claro sentimiento germanófilo, mientras que la reina consorte mostró su apoyo hacia su primo Jorge V de Reino Unido.
Ena sin embargo cambió la etiqueta de la rígida corte española para mejor. Vestía siempre a la francesa, llevó pantalones, bebía, fumaba, montaba a caballo, jugaba al tennis y al golf e impuso la hora del té y nadaba en Santander o San Sebastián cuando veraneaban, algo insólito para una reina, tanto que tenían que acompañarla guardias a la playa que no sabían nadar y ella decía: “¡Sacadlos, que no saben nadar y los voy a tener que salvar yo!”
Su mayor labor fue la Cruz Roja y presidirla ella misma, algo que nunca antes había pasado, pues eran la monjas quienes llevaban la Cruz Roja, pero la reina cambió aquello creando el cuerpo de las Damas Enfermeras. Su labor fue muy aplaudida, sobre todo durante la Guerra de Marruecos en 1921 y se opuso al Golpe de Estado de 1923 autorizado por su marido que llevó a la Dictadura de Primo de Rivera.
Con la llegada de la II República en 1931 la reina abandonó España con sus hijos y toda la familia real. Ya en el exilio se separó de Alfonso XIII, aunque nunca se divorciaron, estableciéndose en Suiza. Alfonso XIII murió en Roma en 1941 y Victoria Eugenia apoyó a su hijo Juan al trono de España, muchos alabaron su defensa de la vuelta de la corona y su rechazo al régimen de Franco como al de Mussolini y al de Hitler.
Acudió en 1962 a la boda de su nieto Juan Carlos en Atenas con la Princesa Sofía y regresó a España en 1968 para el bautizo de su nieto Felipe, siendo recibida en Barajas por un millón de personas, pese a que Franco había prohibido que se le rindiera cualquier tipo de homenaje o bienvenida.
Victoria Eugenia murió en Laussana, Suiza, el 15 de abril de 1969. En 1985 sus restos fueron llevados junto con los de su marido y sus tres hijos de vuelta a España y enterrados en el Escorial. Esperemos que la serie de esta noche le haga la justicia que se le negó en vida.



