Cuando los Romanov celebraron su Tricentenario en 1913 todo San Petersburgo y Rusia tiraron la casa por la ventana, ignorando que ese sería el crepúsculo del Imperio Ruso. Ahora en 2025 las cosas han cambiado y los aniversarios importantes se celebran de otra forma.
Nosotros, dirigiéndome al Presidente de la HMNE y a sus miembros, celebramos este 16 de noviembre el 325 aniversario del comienzo del reinado de la Casa de Borbón en España. Dos semanas después de morir Carlos II el último Austria, Felipe de Anjou y nieto de Luis XIV, era proclamado Rey de España con 17 años. Así lo dejó claro el fallecido monarca en su testamento, que era su deseo que su primo Felipe de Francia heredase los territorios de la Corona Española.
Fue por tanto la transición de una dinastía a otra, no impuesta. Estábamos en una lenta decadencia. Pese a haber sido el Siglo de Oro del Barroco Español la política no marchaba bien, había que correr las cortinas y dejar pasar la luz del sol, aunque esta viniera de Francia, nunca mejor dicho, dado que Luis XIV era el Rey-Sol y amo de Europa.
Pero Felipe V no iba a ser recibido por todos con los brazos abiertos, no. Habrían de pasar 14 años y una guerra civil o la de Sucesión en este caso (1700-1714) para que la flor de lis brotase del todo en el campo español, dejando a un lado a la sombra del águila de los Austrias, quien echó el vuelo para no volver jamás de Viena.
En estos 325 años hemos tenido reyes y reinas que han hecho bien su labor y otros que no merecieron llevar la corona. Pongo aquí los ejemplos de Felipe V, quien pese a su enfermedad mental sentó las bases de la Ilustración española, fundando las Reales Academias de la Ciencia y de la Historia o sus hijos Fernando VI y Carlos III quienes sanearon las calles y alcantarillados de Madrid, fundaron los museos de ciencias naturales, la lotería y embellecieron la capital con la Cibeles y el Arco del Triunfo, empezando además la construcción del Museo del Prado.
Luego estuvieron Carlos IV y Fernando VII quienes hundieron lo logrado, dejando pasar a los franceses y aboliendo la Constitución de Cádiz y estableciendo de nuevo el absolutismo, abolido definitivamente en 1833.
Isabel II dejó un reinado marcado por luces y sombras, aunque esto último partió de la misoginia de muchos de que una mujer llevase la corona. El turbulento período del Sexenio democrático dejó un rey extranjero, una fallida primera república y una dictadura militar. Alfonso XII reinó a la inglesa, estableciendo una separación correcta de poderes y es una lástima que muriera tras solo 10 años de reinado. Alfonso XIII bien sabemos que cometió un error crucial en 1923 y que pagó en 1931 y en 1975, ya hace 50 años, España volvía a tener Rey y una Transición hecha por y para todos. Y actualmente en este 325 aniversario, puedo decir que la historia está en su sitio, pero depende de nosotros conservarla. Un rey puede ser aparte de un símbolo histórico un mástil de seguridad si la nave peligra en caso de tormenta, al menos eso piensa un servidor. Puedo aceptar que haya quienes nuncan acepten una monarquía en este país, pero al menos deben reconocer que los logros culturales obtenidos desde 1700 han sentado las bases de lo que hoy nos define como sociedad y como españoles. Lo de fuera siempre puede venir bien, y diré que el soplo de aire fresco que llegó en 1700 con esta dinastía ha dejado más logros que fracasos, que van en el mismo equipaje, cierto, pero que sin ellos quizás no estaríamos donde estamos hoy.
A toda la HMNE y a Su Majestad Feliz 325 Aniversario.



