Un partido que me hacía muchísima ilusión ver y debido a que con emociones fuertes, la taquicardia se me dispara, me quedé sin disfrutar ese único momento, en que este valiente luchador, nos brindó un triunfo más, triunfo mucho más meritorio, que los anteriores, ya que su entrenamiento para este Abierto de Australia, apenas existió.
Voy a poner voz a infinidad de gentes, que por edad, estado de nervios, ansiedad o cualquier otro motivo, no pudieron ver este histórico y gran partido.
Sabía cuando jugaba, pero no quise conocer la hora, ni puse la radio, y el móvil sin tocarlo, para no enterarme de ningún avance y así saber el resultado cuando el partido estuviese finalizado, para no tener el alma en vilo.
Por fin en las noticias, esa noche disfruté en un instante, lo que otros tuvieron que esperar más de cinco horas disfrutando con esa tensión del directo.
Aunque Rafa no llegue a leer este artículo, le transmito mi enhorabuena y felicito a Manacor, a Mallorca, a Las Islas Baleares a España y a todo el mundo mundial, como diría Gafotas, pues Nadal, es querido en todo el orbe.
Al haber ganado a los treinta y cinco años, se me ocurrió hacerle un regalo inmaterial, esos que no se compran con dinero y espontáneamente y a borbotones, salieron de mi alma más que de mi mente, piropos y más piropos para nuestro Rafa y sin diccionarios ni búsqueda alguna, fluían como el susurro de un manantial.
Hete aquí:
Atento, fuerte, bravo, galán líder, justo, sencillo, animoso, gallardo, amoroso, noble, ilusionante, leal, sincero, alegre, donoso, cariñoso, valiente, generoso, claro, sorprendente, consolador, tierno, recto, responsable, pacífico, fogoso, lúcido, constante, ardiente, señero honesto bondadoso, veraz, ardiente, jocoso, humilde, señero, conciliador, tierno, constante, recto, responsable, delicado, soñador, correcto y además en la pista, muchas veces glorioso.
Me he pasado ¿pero cuál quito? pues se quedan todos.
No quise investigar nada, para que aquí sólo quedase plasmada la felicidad que ha traído a tantas vidas, el logro de este meritorio triunfo.
A Rafa se le quiere en cualquier rincón del mundo, niños, adolescentes, gente madura y ¡madre mía! como le queremos los mayores, nosotros, que por razones obvias no podemos verle jugar, (ya sabemos los achaques) lo sentimos con su raqueta (arma en ristre) como un baluarte, cosechando triunfos, ganando corazones…
Por ello no quise dejar ese momento de encanto y cogí mi pluma, que se regocijo conmigo y las escribí deprisa, muy deprisa en un borrador para que no perdiese esa sensación de euforia y poderlo transmitir a ustedes con ese empuje, así pude escribirlo sintiendo mi alma danzando, mis sensaciones a flor de piel y mi corazón latiendo acompasado como una brisa.
Escuché a su tío Toni, las felicitaciones de compañeros, amigos, locutores, contemplé como lo seguían en su pueblo y no escribo nada de eso, pue sé que lo vieron y recibieron en su corazón con la inmensa inmensa satisfacción de ver como se celebraba este triunfo por doquier.
Quiero ofrecer hoy en estas precipitadas palabras que me salen a presión, que son muchos los que le aplaudimos en la distancia, además de su juego, su bien estar, su gentileza y donaire y hasta en las pistas no sabemos a veces a quien se aplaude más si al deportista o a la persona y creo que los aplausos son tan fuertes que van en las dos direcciones.
Su cansancio sus dudas, sus miedos en vísperas de este torneo, quedaron arrinconados y como él dijo, vino a jugar como deportista para dar de sí lo mejor y que nunca pensó en el triunfo, pero su pundonor está tan alto que fue sacando fuerzas, no sabemos de que modo, que lo alcanzó contra viento y marea.
Rafa, nos regala coraje, para que aprendamos a no tirar nunca la toalla.
Ya más serena, tras la intensa alegría de haber traído a España este trofeo, me ha emocionado mucho la felicitación de nuestro Rey Don Felipe, que por poco acaece el día de su cumpleaños.
Aprovecho para felicitar a Su Majestad con un poco de retraso.
Que sean muchos años los que se encuentre al frente de la misión de velar por España como gran estadista que es, mirando al futuro, velando por la Patria, amén de que reinase esa alegría íntima familiar como en cualquier hogar.
¡Ay! si todos los españoles tuviésemos los valore de este gran deportista, la corrupción brillaría por su ausencia.
Nos viene bien meditar la personalidad de nuestro Rafa y de verdad, de verdad, si actuásemos con su nobleza, habría más empatía, los conflictos de estar por casa se atenuarían y todo mandatario particular o estatal buscarían el consenso para eliminar conflictos y a mayor escala no habría guerras.
¡Vamos Rafa!