Un buen amigo tiene por costumbre enviarme el artículo, que le publican mensualmente en un periódico de Granada, en el cual, este mes ha tratado, que se pueda comprender aunar la fe con la razón, dicho de otra forma que, lo divino y lo humano no son incompatibles.
Muchas de sus frases me han motivado para echar a andar, me ha regalado ese punto de arranque, para estar otra vez un ratico con ustedes.
Se llama Alfredo Arrebola, Catedrático de Latín y Griego jubilado, Flamencólogo, cantaor de flamenco y escritor.
Me dice y comparto:
“No es lo mismo conocer a Jesús que no conocerlo” y “No es lo mismo andar con él que andar a tientas”.
Estas palabras consiguen que la trama y la urdimbre de mi vida aflore en mí y elijo un libro de meditación, escrito por Pedro Charles, jesuita que tengo desde los dieciocho años.
Me ha venido bien, haber aprovechado sus palabras, pues me han hecho recordar muchas experiencias, las cuales me han servido de inspiración, y así echar a volar a mi aire, refugiándome en muchas de las bellas y eficaces palabras de este jesuita.
El libro se titula “La oración de todas las horas” y en uno de sus capítulos leo:
“¿Qué es lo que atrae de Jesús?”
Cuestión que nos desvela el autor:
“Son esas palabras hechiceras que le encadenan a uno para siempre” y “qué queremos estar cerca de él a su sombra y a su luz”
Cuantas veces nos decimos:
¡Pero qué cansado estoy! ¡no puedo más! y este jesuita sale al paso y nos recuerda que:
“La fatiga es cosa divina y que cuando no podemos más, es cuando más cerca estamos de él”
Nos expone los pensamientos de los adultos que en la lejanía de su niñez, tal vez sin darse cuenta añoran aquella fe infantil.
Y cuantos adultos han pasado por esta experiencia o pasan y han pensado o piensan:
“No me extraña ver la sonrisa desilusionada y amarga del candor de mi primitiva fe”
Unos siguen anclados en esos lejanos recuerdos de niño, otros pensamos:
“Que toda la vida espiritual se reduce al arte de aprender a encontrar Dios” y no nos engañemos muchos lo buscan en otros ideales y que si siguen ahondando, están abocados a descubrir lo que descubrieron, (valga la redundancia) Chertenton Edit Stein y tantos otros.
Sí, es verdad lo que están ustedes pensando, que otros muchos son los que se alejaron y se alejan, es así ,porque para los unos y los otros, no hay determinismo sino libertad, el regalo más valioso que nos ha legado el buen Dios, después de la vida.
Recuerdo una meditación de este, mi manido libro, donde me sigue haciendo pensar que seremos juzgados de amor, palabras que seguro todos hemos meditado o simplemente leído:
“Todo lo que hagáis a los necesitados, a mí me lo habéis hecho”, frase de Jesús importantísima, pues serán nuestras acciones de misericordia fraterna, las que lograrán el mérito para alcanzar el cielo.
En otro apartado, que trata sobre el plan de Dios que tiene sobe todas las cosas, todos los hechos y criaturas, nos expone el por qué, se pronunció: “Vini, vidi, vinci”.
Resulta, que cuando César conquistó las Galias, no sabía que el Espíritu, caminaba delante de él y preparaba la propagación del Evangelio.
Claro, enseguida deduje que Francia sería una provincia romana, igual que España, Israel etc.
Estas conquistas ampliaron el Imperio Romano, se unificaron las lenguas, hablando el latín todas sus gentes, así en el momento preciso y oportuno, la doctrina de Cristo pudo llegar a muchos corazones con más facilidad.
Pedro Charles me recuerda que:
“A pesar de nuestra miserias, nos sentimos como obligados a creer, que Jesús ha depositado en nosotros una misión divina”, aseveración válida para muchos, para otros indiferente y quedan los demás, los que están en desacuerdo.
Podría ser que, nuestra misión, cada uno con su modo de ver la vida, buscara siempre lo común que todos portamos, que es mucho, por eso son tan interesantes y fructíferos los diálogos entre personas de diferentes ideales y creencias, que con una nobleza de espíritu practican la empatía, clave para un buen entendimiento, clave para para la convivencia.
Conservo otro libro, adquirido en la cuarentena titulado “Consumarse en el amor”, no sé quién lo escribió pues la autora se presenta con cuatro palabras: por quien escribió “Darse”.
Se trata de una religiosa, simbiosis de misticismo y cultura, que interpela sin rodeos, transmite mucha seguridad y la fuerza del mensaje divino está pensado para sus hermanas religiosas, de ahí su hondura.
Entresaco algunas de sus frases:
“Escuchar es más que oír y hágase más que haré”. “Enfriarse en el amor, la más grande queja divina” “Amar es dar lo mejor que se tiene y carecer de lo peor para dar”. Esta definición sin darnos cuenta, tenemos que parar a leerla otra vez para asimilarla.
Su lectura está enriquecida por abundantes recursos estilísticos, amén de una pulcritud sintáctica que deleita.
Luego está el libro abierto de la vida, que yo reflexionando con mis alumnos/as aprendí , en especial con un curso que llevé más tiempo y aún hoy cuando me reencuentro con alguno de ellos, sigue mi aprendizaje, ya que estando invitada por una alumna a merendar, ya en ese tiempo de relax me dijo:
“¡Fíjese Doña Angelina en esa higuera!” pues muchas mañanas a su sombra la contemplo y dialogo con ella hasta más de un hora.
Ese hacer un alto en el camino y asir el tiempo me hizo mucho bien, incluso ahora al evocarlo.
¡Como aprendemos de nuestros alumnos tengan, la edad que tengan!
¡Si no recordemos esas miradas interrogantes de un parvulito o de la primera infancia!
Se siente un orgullo especial hacia estas personicas, que un día puso el Señor en nuestras manos.
Bueno que tengo que generalizar, todos los ambiente y lugares en los que estemos emplazados, tengamos la profesión que tengamos, la ósmosis de conocimientos entran y salen de nosotros, es el libro de la vida, así cuanto mejor preparados estemos y mejor seamos, más aprenderán de nosotros y si nos sabemos el refrán de que “quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija” pues eso, a buscar personas nobles, que de ellas se aprende muchísimo.
No solamente los libros de escritores cristianos me ha hecho avanzar en mi fe, sino otros muchos, entonces fíjense he elegido a un escritor que no me resisto a compartir con ustedes algunos pensamientos, se trata de Rabindranath Tagore, uno de mis poetas preferidos, no, no fue cristiano pero sus obras está acordes con lo Cristo predicó, lo leo mucho y siento sus hermosos mensajes y me ayuda.
Seguro que nos agrada a muchos, veamos:
“Corazón mío calla tú, que estos grandes hombres son corazones” “
“No es el martillo, el que deja perfectos los guijarros, sino el agua con su danza y su canción.
“Si por la noche lloras por no ver el sol, no disfrutarás del fulgor de las estrellas”.
Como sé que este autor gusta a creyentes y no creyentes, me voy a detener un poco más en él y he ido eligiendo los pensamientos más acordes, con el tema de este artículo.
De “Los pájaros perdidos” comparto:
“El silencio de Dios madura en forma de palabras los pensamientos de los hombres.”
“Nunca ves quien eres, solo ves tu sombra”.
“Cada mañana es para Dios, una nueva sorpresa”. Claro se sorprende si nos ve un poco más sensatos, más cariñosos y más alegres.
Éste que viene es de una delicadeza impresionante:
“Dios aborrece los grandes reinos, pero nunca las flores pequeñas”.
y sin comentarios éste otro:
“Cada niño trae el mensaje de que Dios confía aún en el hombre”
Cuando se interiorizó en mí, el que enseguida leerán, me emocionó, pues ya saben lo dado que es Tagore a escribir la palabra lámpara y fíjense qué sentido le da:
“Dios ama más a las lámparas de los hombres que a las grandes estrellas”
Y para saber la valía de la edad avanzada esto pensó:
“Dios viene a mí en mi anochecer, con las fragantes flores de mi pasado en su cesto”
Transcendente y metafísico el último que reseño del libro “Los pájaros perdidos”
“Señor haz que viva en la verdad, para que se me haga verdad la muerte”.
De su otro libro “La Morada de la Paz” he entresacado uno que, si lo meditamos bien nos sirve para emplear nuestra vida mejor, no envidiando a los que mucho compran.
“El hecho de adquirir, es una prisión, por eso Cristo pudo declarar que le es muy difícil al hombre rico alcanzar la liberación”.
Y otro de su libro “Últimos poemas”:
“Donde el Señor ha puesto el goce de la Creación caen incesantes las bendiciones del universo.”
“Ojalá sigamos ese camino”
Les hablo ahora de un escritor norteamericano, Rod Dreher, que ha escrito un libro titulado “Vivir sin mentira “ y el periodista, José Antonio Mendez en una entrevista, les transmito algo de lo que nos dice:
“Muchas personas admiran a Cristo, pero Jesús no busca admiradores sino que él llama a sus discípulos”
Y para cuando queremos “nadar y guardar la ropa” sale al paso con esta aseveración.
“No podemos dejarnos intimidar y sentirnos avergonzados de nuestra fe, porque el Evangelio nos dan la liberación.
Está preocupado porque se dice que los totalitarismos no pueden volver, él opina que sí, qué lo hacen de otro modo, pues se camina hacia una ideología aceptable”
Y sigue aclarando:
“Todavía no nos meten en la cárcel por pensar diferente, pero puedes perder tu trabajo o tu prestigio, no ser admitido en una Universidad, ser expulsado de la escuela o ser rechazado en tu propia familia, si no aceptas los dogmas políticamente correctos”
Es el “Totalitarismo Blando”
Una entrevista larga y muy interesante y comparto unos puntos que me han parecido interesantes.
Rod Dreher antes era ateo, al descubrir a Cristo lo anuncia con la fuerza y bravura de todo converso.
Mi amigo Alfredo Arrebola, del que les hablé al principio nos aconseja a los que dicen tener la fe no muy allá, que bastaría al leer los Evangelios y cambiar la palabra fe por confianza, y que así tal vez nos sentiríamos mejor.
Voy terminando transcribiendo textualmente unas palabras suyas.
“¡No tengas miedo amigo”!
Aunque “La fe y la razón estén en continua lucha”
“Es cierto benévolo creyente o no, que la razón es un huésped incómodo para las religiones, pero hay que reconocer al cristianismo _ opina J A María, escritor y filósofo (Toledo 1939)_ que tuvo la osadía de no eludir el problema y peleó durante toda su historia para hacer compatible fe y razón”.
No sé por qué, pero me siento satisfecha de haber dialogado con ustedes entre líneas y comprobar que el entendimiento acompañado de respeto, llega muchas veces a entablar una verdadera amistad.
Busco la paz, buscamos la paz y me ha motivado mucho compartir con ustedes toda esta experiencia que los muchos años acumulan, con la idea de tender puentes, puntos de encuentro con diálogos respetuosos y constructivos.
¿Qué más se puede pedir?