Recién jubilada, escribí un artículo con este mismo título y me lo publicaron en la revista mensual “Petrer”, de Petrer (Alicante), y hoy, hojeándola, he pensado que me serviría, sintetizándolo para éste, que ya decidida, escribo en nuestro periódico digital “El Monárquico” .
Quitando de aquí, añadiendo allá, otra vez puedo compartir con todos ustedes aquel lejano trabajo, embrión del actual.
En el cuento y la novela, sabemos que el denominador común, es la narrativa, mas su estructura es diferente.
Lo percibimos, cuando leemos un cuento y una novela corta.
Veamos, nos aconsejan la lectura de una novela, vamos adentrándonos en ella, llegamos al segundo capítulo y apenas nos sentimos motivados, pero la seguimos, porque nos han recomendado, que vale la pena, avanzamos unas páginas y sentimos la motivación, el enganche, el ansia de conocer el desenlace.
En el cuento, no es así, al entrar en las primeras líneas o nos atrae o nos aburre.
El autor tiene que equilibrar bien su contenido, pues dispone de pocas páginas y no puede perderse en bagatelas.
Otro ejemplo, fíjense que distinto es el recuerdo de una novela y de un cuento leído hace años, en la novela evocamos una situación precisa, ubicación de la historia y muchas veces no acertamos a dar con el argumento.
Al tratarse del cuento, sucede que lo revivimos casi al momento con nitidez o yace en la oscuridad.
Paramos de leer, si lo desean y ensayamos la prueba.
Revivan un cuento y una novela corta a ver que les sucede.
¿A qué emergen de forma distinta?
¿A qué no es lo mismo?
Con ello, deducimos que el cuento es un género diferente, no es una novela corta, el cuento posee su identidad, tiene su importancia.
Sigamos viendo diferencias, piensen en una novela corta, la que prefieran, estrujándola, condensándola, no podríamos transformarla en un cuento y viceversa, un cuento, vano sería utilizarlo como punto de partida para escribir un novela.
Me ha parecido interesante, entresacar de varios autores, su opinión sobre el tema.
Albert Thibandet, definió muy bien la novela corta al decir: ”Entre la novela y la novela corta hay la diferencia de lo que es el mundo y lo que está en el mundo”
Esa cualidad de lo que está en el mundo, es similar con el cuento.
O sea que el cuento está más cerca de la novela corta, que ésta de la novela.
Pero digo cerca, no igual, una sola y fuerte vibración es el cuento, vibración más larga continua y sostenida, la novela corta.
El cuento y la novela corta poseen en común, según H.G.Welles “que el gancho es tal, que pueden leerse en una hora”.
Veamos qué opina Menéndez Pidal de las características del cuento-apólogo oral primitivo, dice así:
“…por razón de su forma puramente estructural, sin determinada redacción literaria, forma imprecisa y fluida de suyo, pasa sin obstáculo de una boca a otra, sin necesidad que sean aprendidas de memoria las palabras con que hay que expresarse, como exigen las obras literarias”.
Azorín en un artículo publicado en ABC sobre el arte del cuento el 17 de enero 1944 dice que este género ”No se puede llevar al lector durante cierto trecho, para enfrentarle luego con una vulgaridad. Desde el primer instante, análogamente a lo que sucede en el teatro, el lector ha de “entrar en el cuento”
Si el lector de una novela queda defraudado en el primer capítulo, como antes reseñé, bien, pues al igual, en el siguiente o a mitad del que sigue, puede encontrar la atracción que necesitamos para que su lectura nos motive.
La estructura de la novela da pie a eso, en el cuento no, se sucumbe de inmediato.
En los cuentos predomina la narrativa pero también puede haber diálogo.
Los cuentos, son un género literario de categoría y través de los tiempos se ha elegido ese medio como así lo hizo Don Juan Manuel en “El Conde Lucanor”, y en estos tiempos García Márquez en “Doce cuentos peregrinos”, bien que nos hace disfrutar.
Pueden ser, populares y literarios, infantiles y de adultos, fantásticos, psicológicos, terroríficos, aventureros, didácticos, religiosos, medievales, orientales, renacentistas, modernistas, humorísticos, sarcásticos, moralistas…
Igual que en la novela corta.
Mas, es en los cuentos, donde popularmente se enumeran por el lugar de origen como irlandeses, chilenos, franceses (Perrault), españoles, alemanes (Hermanos Grimm), daneses (Christian Andersen), argentinos…
Reseño entre paréntesis los nombres de los cuatro grandes enamorados del cuento popular, los de “el boca a boca”, y más tarde lo pusieron en práctica, muchos escritores en sus lugares de origen, llevando a cabo sus respectivas antologías del cuento popular.
En cualquier artículo que he escrito en este periódico, he dejado alguna pincelada de mi vida, acorde con lo descrito, y termino igual con una respetuosa cercanía hacia ustedes deseando, que esta comunicación en la distancia, nos sirva para que subsista ese diálogo “entre líneas” entre mis conocidos y anónimos lectores y una servidora.
Creo es oportuno decirles, que la última novela corta que he leído ha sido “Luces de Bohemia “ y el último cuento , precisamente hace una semana “El Principito”.
De mi infancia, que adquiría muchísimos cuentos de Calleja, por lo baratos que eran.
Acabo, y que sigamos la costumbre que muchos tenemos, en el bolso, junto a las llaves de casa, un libro, y si no queremos llevar peso, que sea una novela corta o un cuento.
Me encantaría haberles abierto el apetito lector y “devorasen” en breve, una novela corta o un…